Monday, August 17, 2009

El mejor argumento

Me gustan los debates filosóficos. Y me gustan, entre otras cosas, porque a diferencia de las discusiones en donde hay algo en juego (como en el trabajo, en política o en la ética aplicada, por ejemplo) se pueden mencionar los buenos argumentos del contrincante sin arriesgar nada.

Puedo, por tanto, mencionar el mejor argumento de los que creen en la hipótesis dios. Por supuesto que no me refiero a uno al que le importamos y que, como diría Mark Twain, ronronea como un gato mimoso cuando escucha que le dedican horribles cantos desafinados. Me refiero al 'gran diseñador indiferente': ese que estableció las reglas y se desentendió del asunto y que es tan imposible de demostrar como de negar y cuyos efectos en la realidad serían perfectamente imperceptibles (dice Leonardo Moledo a coro con Gregorio Klimovsky, con mucha razón, que no existen diferencias prácticas entre creer en este último dios y en ninguno).

Tengo que hacer un esfuerzo para cortar las digresiones, que si hay un tema que las favorece es este y mencionar el argumento: la irrazonable efectividad de las matemáticas en las ciencias naturales. Este concepto fue propuesto por Eugene Wigner, maravillado ante la increíble manía del universo físico de dejarse modelar por construcciones matemáticas. La matemática es algo que construimos nosotros, decía Wigner, y por lo tanto es asombroso que el mundo físico, que nosotros no creamos, se explique tan bien por ella. Alguien, concluye Wilder, nos ha dado un regalo (inmerecido, se apura a aclarar en un arranque de modestia religiosa) magnífico: que una construcción humana explique aquello que los humanos no creamos. Alguien nos ha dado una sutil, hermosa, y maravillosa pista de su existencia. Casi que me gustaría creer en un dios con tan buen gusto y tan sofisticado, que gusta de dejar hermosas y crípticas pistas de su existencia.

Razones para maravillarse no faltan. En muchos casos (no me animo a decir 'en casi todos' por falta de conocimiento), la construcción matemática precedió a la utilización física. Einstein estaba buscando una construcción matemática para modelar sus espacios curvos y se encontró con un trabajo de Gauss que tenía, en ese momento, doscientos años y que no era más que un jueguito matemático. Otro ejemplo asombroso es el de Werner Heisenberg que encontró un modelo para explicar las transformaciones cuánticas: la aritmética de matrices, que existía como jueguito matemático desde, por lo menos, ciento cincuenta años de Heisenberg (y de la sospecha de la teoría cuántica).

Me gusta el argumento, y me parece el mejor de los argumentos a favor de la existencia de dios. Aún así, creo que no es suficiente. Siento vergüenza al meterme en un debate que supera mi capacidad y formación por bastante, pero creo que el realismo matemático es la explicación correcta: la matemática no se inventa, sino que se descubre. Y como la matemática existe en la realidad (se descubre), puede demostrar el asombroso paralelismo que demuestra con la física sin la existencia de ningún generoso y sutil dios que nos permita describir el universo con un invento nuestro.

Si existiera una civilización extraterrestre lo suficientemente avanzada como para tener ciencia, crees que tendrían una matemática igual o distinta a la nuestra? me preguntaron una vez. Mi respuesta fue que 'tendrían la misma, naturalmente', y en ese momento me convencí que la única forma de que tuviéramos una matemática idéntica sería que ésta exista en la realidad. Aunque yo hubiese preferido que la matemática se derivara de la lógica formal, el realismo matemático tenía el terrible atractivo de refutar el mejor argumento a favor de la hipótesis dios.

Por supuesto, el efecto de la irrazonable matemática se da en la física y las ciencias con base física (química, por ejemplo). Nada dice que se de en la economía. Entre otras cosas, porque la irrazonable es la economía y no hay ninguna efectividad en ella que nos asombre.

2 comments:

AcP said...

Lamento no poder dar más referencias salvo el indicar que (obviamente) las ideas que expongo no son mías, los argumentos me quedaron de las clases de filosofía de la secundaria, y sus autores, si alguna vez les presté atención, perdidos entre esos recuerdos.

Voy al punto.

De los que explican la correspondencia entre matemática y fenómenos físicos, el argumento que más me quedó es aquel que dice que la matemática no modela la realidad, sino nuestra percepción de aquella, y de allí que la correspondencia sea perfecta: modelamos lo que percibimos, no lo que existe...

...y llegamos a creer que lo que existe es aquello que podemos modelar, incluso aunque no podamos percibirlo. Ejemplo extremo, que se me escapa un poco por lo complejo, es el de la física cuántica. Nos encontramos con fenómenos que no tienen sentido de acuerdo con nuestras percepciones pero que podemos modelar matemáticamente, ergo asumimos que existen, y luego construimos tecnología para corroborar los modelos que creamos a partir de nuestras percepciones, tecnología que carece de las mismas limitaciones que nuestras percepciones.

Lo divertido es que decir que hay fenómenos (físicos o de otra naturaleza) que no podemos percibir es un poco como decir que hay un dios. Así que cambio el "hay" por el "podría haber" (pero es lo mismo, es una cuestión casi estética: "Podría haber un dios").

¿Qué matemática traerían unos extraterrestres? Yo creo, apalancado en aquel "podría haber", que podemos llevarnos una sorpresa. Un ejemplo, extraído de Matadero 5, que acabo de leer: el autor coloca en la imaginación del personaje seres extraterrestres con una percepción del tiempo completamente distinta a la nuestra. Su percepción del espacio o del tiempo no pueden explicarse con nuestras matemáticas, ni con nuestro lenguaje.

Y ya me mareé, como suele suceder con estas cosas.

Improbable said...

Yo diría percibimos lo que existe. Claro que nuestros sentidos nos engañan, pero dado que la ciencia (la sistematización de nuestra experiencia) predice tan bien que nos permite desarrollar esto que llamamos tecnología entre otras cosas, me animo a conjeturar que lo que existe y lo que percibimos son cosas bastante parecidas.

No diría que la mecánica cuántica carece de sentido de acuerdo a nuestras percepciones, diría que se va en contra de intuiciones que tenemos a nivel atómico. No va en contra de nuestras percepciones, lo que tenemos de la mecánica cuántica son percepciones, indirectas, pero percepciones.

Y con respecto a la existencia de dios, diría que dios es una entidad innecesaria de existencia indemostrada. O sea, la hipótesis dios no resuelve ninguno de lso problemas que tenemos ni hay necesidad de agregarla. La irrazonable efectividad de la matemática en las ciencias naturales podría ser una razón, si la matemática se siguiera de la lógica, cosa que sabemos que no es así (no al pedo Goedel era un realista matemático).

Kurt Vonegut era un gran tipo, un humanista secular (lo que hace que me caiga simpático) y un buen escritor. Pero confunde los términos: las leyes del universo son las mismas en todo el idem, y si bien podrían tener matemáticas más avanzadas, es improbable que sean esencialmente distintas... al menos si tienen que explicar las mismas leyes qu enosotros.