Saturday, June 6, 2009

Entidades invisibles

En su última columna en el Scientific American, Michael Shermer se pregunta (y luego responde) cual es el origen de la tendencia a creer que nuestra vida está controlada por agentes misteriosos, invisibles y poderosos. La respuesta es más o menos la misma que se da desde los tiempos de Daniel Kahneman y que ha merecido ríos de tinta de autores muy recomendables como el mismo Shermer, Daniel Dennett, a veces Dawkins, Thomas Kida y seguramente se me pasan algunos (la respuesta corta es que los errores de tipo I son evolutivamente menos peligrosos en el corto plazo que los errores de tipo II, en todo caso, siempre se puede leer el artículo de Shermer completo, que es muy recomendable y explora las causas que nos han llevado no solo a reconocer patrones donde no los hay, sino a pensar que hay intenciones detrás de esos patrones).

El artículo abre con una enumeración de los agentes invisibles más populares:

Se cree normalmente que almas, espíritus, fantasmas, dioses, demonios, ángeles, extraterrestres, diseñadores inteligentes, conspiradores gubernamentales y agentes invisibles de
muchas otras naturalezas, poderosos y guiados por intenciones controlan nuestro entorno y nuestras vidas. Por qué?

Nota al margen para quienes no sigan el debate de la ciencia y el creacionismo en USA (y que se expande al resto del mundo). Copiando del diccionario escéptico, el diseño inteligente es una creencia anti-evolución que sostiene que las explicaciones naturales sobre el origen de ciertas entidades biológicas no son razonables y que el proceso de creación de estas solo puede ser explicado a través de la presencia de un diseñador inteligente (i.e dios)

Y me quedé pensando... no faltan los gerentes, los project managers y los ejecutivos en esa lista?. De los ejecutivos (y particularmente, ejecutivos de finanzas) ya se encargaron antes y mejor que yo muchos otros, así que me voy a detener en los gerentes operativos y de proyecto. Se podría decir que el primer motivo para no incluirlos en la lista es que éstos existen (bueno, los conspiradores gubernamentales también existen y cada tanto se anotan algún que otro éxito, pero ni tantos ni tan espectaculares como se les atribuyen).

Concedido, los gerentes existen, cierto. Pero mi impresión, basada en algo tan poco científico como mi experiencia personal, es que las personas en los grupos de trabajo tienden o bien a despreciar a sus gerentes de proyectos, o bien a sobreestimar el alcance de su capacidad para influir en los acontecimientos.

La primera alternativa (el desprecio a los gerentes) es fácil de explicar, incluso cuando no es justificada. Ahora, me intriga la segunda. Y me intriga más cuanto he sido su víctima, de un lado y del otro: a veces he supuesto que mi gerente o director era un mago que podía mágicamente arreglar cualquier problema con el que me enfrentaba, y otras me tocó ser considerado el Mesías (de más está decir que el tiempo se encargó de juntar evidencia para refutar ambas ilusiones, aunque, como sabemos, las ilusiones suelen ser resistentes a las evidencias). Hoy veo casi con cariño la ingenuidad que mostré al pensar que R. (mi director en esos momentos) podía resolver cualquier cosa y al sentirme halagado cuando se me consideró el Mesías.

Tengo una visión del gerente de proyecto (puesto que ocupo) más parecida a la de alguien que no controla nada, a lo sumo trata con buena fortuna de acomodar su proyecto a un entorno que cambia (más allá de su control), adaptándose a lo que pasa y, muy de vez en cuando, siendo capaz de saber qué va a pasar.

Existe la Economía Comportamental (espero que se perdone esta traducción tan chapucera de Behavioral Economics), que es, según dice la wikipedia, una rama de la economía que aplica el conocimiento científico sobre los factores cognitivos y emocionales para entender mejor las decisiones de consumidores, prestamistas, inversores y otros agentes económicos. Sería un ejercicio de optimismo esperar ver en los próximos años la Gestión de Proyectos Comportamental, que podría ser una serie de técnicas y herramientas para la gestión de proyectos que tengan en cuenta lo que sabemos del funcionamiento de nuestra mente?.

Y una última duda... si tal disciplina existiera... refutaría o apoyaría a las metodologías ágiles de desarrollo de software?. Yo creo que las apoyaría, pero en definitiva me gustaría ver los resultados.

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